CogniFit - Juego Mental: Apunta y resta

Juego mental "Apunta y resta": ¿En qué consiste?

Apunta y resta es un juego de entrenamiento cerebral que estimula diferentes habilidades cognitivas. Para avanzar en el juego, tendremos que lanzar munición con diferentes valores. El objetivo es alcanzar con los proyectiles cada uno de los blancos que van apareciendo en pantalla, y lograr que el valor de éstos se reduzca hasta alcanzar un valor exactamente igual a cero. No obstante, según aumente el nivel de complejidad de este juego de entrenamiento mental, las exigencias cognitivas serán mayores.

La dificultad de este juego mental se va adaptando a medida que vamos entrenando. Apunta y resta es un recurso científico diseñado para medir continuamente nuestro desempeño y regular de manera automática la complejidad de las tareas, optimizando así nuestro entrenamiento cognitivo. El juego mental Apunta y resta ha sido perfeccionado para que niños, adultos y mayores entrenen y estimulen capacidades cognitivas esenciales.

¿Cómo mejora el juego mental "Apunta y resta" mis habilidades cognitivas?

Los juegos y entrenamientos de estimulación cognitiva de CogniFit, como Apunta y resta, mejoran nuestras capacidades cognitivas mediante la plasticidad cerebral. Cuando hacemos uso de una habilidad cognitiva, en nuestro cerebro se da un determinado patrón de activación neuronal. La repetición de este patrón (es decir, la práctica de actividades que implican esta habilidad cognitiva), hace que la activación neuronal se realice de manera más rápida, precisa y eficiente. Esta activación más eficiente, fortalece y mejora nuestras capacidades cognitivas, lo que ayuda a optimizar las actividades de la vida diaria.

• Velocidad de procesamiento: En este juego mental será necesario hacer los cálculos rápidamente, pues hay que destruir los blancos antes de que lleguen al suelo. Este ejercicio entrena nuestra velocidad de procesamiento. Mejorar esta habilidad cognitiva nos permite ser más eficientes en múltiples actividades de nuestro día a día, como por ejemplo, calcular la vuelta de una compra o calcular el tiempo que nos queda para realizar una actividad de manera más eficiente.

• Flexibilidad cognitiva: En este juego mental cambian los números asignados a cada tecla, por eso se requiere que seamos mentalmente flexibles y nos adaptemos al cambio. Al practicar este ejercicio, estamos entrenando nuestra flexibilidad cognitiva. Entrenar esta habilidad puede ayudarnos a reaccionar de manera más eficiente en situaciones novedosas e inesperadas, como por ejemplo, cuando descubrimos que no queda un artículo determinado en el supermercado, o cuando queremos ponernos un pantalón y resulta estar en la lavadora.

• Memoria de trabajo: Tendremos que hacer constantemente cálculos mentales para saber qué bola debemos lanzar a cada estímulo. La memoria de trabajo nos ayuda a manipular y a trabajar la información que retenemos en nuestra memoria a corto plazo. Por ejemplo, resulta extremadamente para hacer cálculos mentales.

• Atención dividida: Para avanzar de nivel en el juego mental Apunta y resta es necesario atender a los díferentes estímulos que van apareciendo en pantalla. Debemos disparar a los objetivos mientras realizamos cálculos mentales. Al practicar este ejercicio, estimulamos y fortalecemos nuestra atención dividida. Mejorar esta habilidad cognitiva es muy importante para cualquier ámbito de nuestra vida diaria, puesto que nos permite ser más eficientes en tareas que requieren atender a las múltiples demandas del ambiente. Como por ejemplo, cuando estamos conduciendo y hablando a la vez, o atendiendo a lo que dice el profesor mientras tomamos apuntes.

• Atención focalizada: En este juego hay que detectar los números de los blancos para saber qué munición disparar. Al practicar este ejercicio, estamos estimulando nuestra atención focaliza. Mejorar esta habilidad cognitiva puede ayudarnos a ser más eficientes en actividades del día a día que requieran atención. Como por ejemplo, comprender el discurso del profesor, o atender a la redacción del texto que estamos escribiendo.

• Escaneo visual: Al localizar los blancos que van cayendo del cielo, estamos realizando un escaneo visual y, por tanto, estamos fortaleciendo esta capacidad. Practicar este juego puede ayudarnos en diversas actividades de nuestra vida diaria, como buscar objetos con la mirada, como cuando tenemos que buscar un ingrediente en el frigorífico, o nuestro vehículo en el parking.

• Coordinación ojo-mano: Al dirigir el ratón hacia los blancos, nuestro cerebro fortalece las áreas cerebrales implicadas en la coordinación, de modo que nos puede permitir ser más hábiles a la hora de atarnos los cordones de las zapatillas o cuando nos desplazamos con un vaso a rebosar, entre otros muchos ejemplos.

• Planificación: Durante el desarrollo de Apunta y resta, tendremos que pensar qué bala vamos a lanzar al hacer el cálculo para no pasar de cero. Esto puede resultar un pequeño esfuerzo para nosotros. Si practicamos este juego de entrenamiento cerebral, a nuestro cerebro le puede resultar más sencillo realizar las conexiones neuronales implicadas en la planificación, haciéndonos más eficientes al plantear un trayecto en transporte público o al organizar nuestras vacaciones.

• Estimación: Si tenemos en cuenta la velocidad a la que caen los blancos y la distancia a la que se encuentran, estaremos haciendo uso de esta habilidad cognitiva, también implicada en otras actividades del día a día. Por ejemplo, pasar la pelota a un compañero o saltar un charco en la acera. Si practicamos el juego de manera habitual, entrenaremos nuestra estimación, lo que nos podrá permitir ser más precisos en nuestras estimaciones.

• Percepción espacial: Si dirigimos correctamente el cañón al espacio que ocupa la caja, implicamos partes de nuestro cerebro que podrían beneficiarse del entrenamiento de este juego mental. Estas áreas cerebrales son las mismas que las que se activan cuando tenemos que aparcar el coche o lanzar el balón a canasta.

¿Qué pasa cuando no entreno mis capacidades cognitivas?

Nuestro cerebro está diseñado para ahorrar recursos, de modo que tiende a eliminar las conexiones que no se usan. De este modo, si no se emplea normalmente una habilidad cognitiva, el cerebro no aporta recursos para ese patrón de activación neuronal, por lo que se vuelve cada vez más débil. Esto nos vuelve menos hábiles para emplear dicha función cognitiva, haciéndonos menos eficaces en las actividades de nuestro día a día.